Hay que ser muy amargo para no querer, ¿o no? Para lograrlo hay muchas formas, pero la que más
nos gusta a nosotros, por lejos, es comer. Comer con ganas, con amigos, con
compañía, con conversa, con la mano y sin culpa.
“Mierda que estaba rico!”
Meterle ganas y dedicación a preparar cualquier cosa, desde un pan con mantequilla hasta la receta más producida, ese es el mejor ingrediente que se puede incluir.
La idea es que lo que hagamos tenga sabor, potencia y personalidad, es poder chuparse los dedos al final y decir “mierda que estaba rico!”.
En Recreö hacemos sánguches con una intención: que cada preparación transmita un momento de alegría y satisfacción, nada más.
Ganas, pruebas, balance y un poquito de insolencia
¿Una carne ahumada y blandita? ¿Unas verduras asadas con queso hecho en casa? ¿O un pollo crujiente por fuera y jugoso por dentro? ¡VOY!
Ponemos énfasis en los ingredientes y sus cocciones, todo trabajado con cuidado y materias primas de calidad, producidas desde cero por nosotros gracias al talento de proveedores locales.
Se trata de mostrar lo que somos y cómo somos. Nada más.